Desde el principio de los tiempos se vivió con la convicción que la profesión del ser policía solo era para los hombres, ya que requería de buen estado físico, se destacaba más la fuerza que otras aptitudes, hasta la propia permanencia en la escuela de formación y la vida profesional en la calle (esta situación no solo se presentó en nuestro país, sino en muchos países más.
Por mucho tiempo la mujer estuvo circunscrita al ambiente de a casa, a lo íntimo, lo emocional, ser madres, y de esta maneja se forjó la subordinación de la mujer a todos los órdenes y su exclusión del ámbito educativo, de los cargos públicos y privados.
foto tomada de Internet
Las Policías del mundo no han sido ajenas a estos cambios por cuanto la naturaleza del servicio policial demanda no sólo el acercamiento a la población, sino que exige al uniformado, constituirse en guía y líder de la comunidad, a través de tareas, que ellas han cumplido con gran eficacia, hoy en día nuestra institución cuenta con la mujeres más preparadas, con unas metas y funciones claras que día a día nos ayudan aportar un granito de arena por el mejoramiento de la sociedad.
A través de los más de 30 años de actividad institucional, la mujer policía ha despejado interrogantes que algunos mandos con incertidumbre planteaban: ¿Estará la mujer en capacidad de ingresar a las filas de la Institución a desempeñar tareas hasta ahora realizadas por los hombres?, esta duda se disipa cuando la mujer uniformada se desempeña con propiedad en sus múltiples actividades, sacrificando muchas veces su condición de madre, esposa o hija, y sin perder jamás su condición de mujer y teniendo en cuenta que en nada le resta su feminidad, y por el contrario su desempeño en un medio eminentemente masculino resalta más sus cualidades de mujer. Por último, es plausible saber que la vinculación de la mujer en las filas de la Policía Nacional, dejó de ser un experimento o un servicio transitorio, para convertirse en un proceso institucionalizado, que se ha fortalecido progresivamente, a medida que la mujer policía ha logrado asumir con eficiencia y compromiso el nuevo rol de servicio a la comunidad.
De esta manera son más de 13.886 mujeres uniformadas que integran hoy en día las filas de la Policía Nacional, las cuales han respondido íntegramente al reto de la Institución y de la sociedad colombiana, adaptándose y manteniendo una erguida posición conscientes de la función como mujeres, madres, esposas, hijas y miembros de una grande y noble Institución: LA POLICÍA NACIONAL.
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Hoy, la mujer juega un papel predominante en la dinámica y proyección de la Institución Policial. Ella ha sido, es y sera siempre, no solo la cara amable, sino la dulzura hecha policía.
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